[Opinión] Día Nacional de la Ingeniería: Diseñar con eficiencia desde el origen
Por Juan Peñailillo, Gerente general Negawatt
Cuando hablamos de eficiencia energética (EE), la conversación suele girar en torno a cambios en equipos, sistemas o hábitos durante la operación. Sin embargo, una gestión energética moderna y eficaz —como la que promueve la Norma ISO 50001— debe comenzar mucho antes: en la etapa de diseño. Esto no es simplemente una buena práctica, sino una necesidad estratégica para cualquier organización que busque competitividad, sostenibilidad y resiliencia.
Hemos observado una tendencia clara: muchas empresas declaran en sus Sistemas de Gestión de la Energía (SGE) que evaluarán criterios de EE al momento de hacer ampliaciones de planta o instalar nuevos sistemas. Sin embargo, pocas veces logran demostrarlo en la práctica. ¿La razón? A menudo, los equipos de diseño o compras no tienen formación suficiente en EE, o bien se enfrentan a diseños tan estructurados que no dejan espacio para introducir esta “nueva” disciplina.
La industria minera en Chile es una excepción destacada. Desde hace años, ha integrado estándares corporativos que obligan a considerar la EE desde las primeras etapas de ingeniería. Esto se logra mediante equipos interdisciplinarios que guían y desafían el diseño técnico, identificando oportunidades desde el inicio. Mientras más temprano se incorpora esta mirada, mayores son los beneficios: menor consumo energético, menores costos operacionales y menor impacto ambiental.
Las decisiones clave en un proyecto —ubicación de equipos, configuración de sistemas, criterios de diseño— se definen en las primeras etapas. Una vez avanzado el diseño, muchas de estas decisiones ya están cerradas o incluso ejecutadas. En ese punto, intervenir se limita a ajustes menores, generalmente en equipos auxiliares. Por eso, para lograr una eficiencia real, hay que actuar antes: al establecer los lineamientos de diseño y durante los procesos de compra, asegurando que las decisiones técnicas incluyen como variable esencial la eficiencia energética.
Hoy, muchas empresas evalúan la EE como un criterio más en sus licitaciones. Pero se puede —y se debe— ir más allá. Incluir trazabilidad de las decisiones energéticas permite capturar ahorros futuros y demostrar que el menor consumo es producto de un diseño más inteligente. Esto genera una nueva línea base: no lo que se habría consumido en operación, sino lo que habría consumido el proyecto si no se hubieran hecho mejoras desde el origen.
Lo que hemos aprendido trabajando con minería puede y debe extenderse a otros sectores. Cualquier industria que proyecte infraestructura, sistemas o equipos nuevos puede incorporar protocolos de EE desde el diseño. Ya sea una nueva planta de compresores, un sistema de bombeo o un sistema de climatización, existe una oportunidad concreta de capturar ahorros desde la ingeniería.
Lo más interesante es que esta estrategia no requiere grandes inversiones. No se trata de reemplazar infraestructura existente, sino de tomar mejores decisiones desde el principio. El costo adicional, cuando existe, se limita al diferencial entre una solución estándar y una solución eficiente. A cambio, se obtienen beneficios energéticos desde el primer día de operación, junto a una reducción inmediata de emisiones y otros impactos ambientales.
En el Día Nacional de la Ingeniería, diseñar con eficiencia energética no es solo una tendencia. Es una evolución lógica en la forma de hacer ingeniería. Y es, sin duda, una oportunidad que las empresas chilenas deben aprovechar si quieren mantenerse vigentes en un mundo cada vez más exigente en términos de sostenibilidad y desempeño energético.
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